martes, 8 de febrero de 2011

La vuvuzuela? Ah?

Como es de esperar, cuando toca algún mundial de fútbol todo el mundo gira en torno al mundial. No es para menos, es la fiesta mundial que cada cuatro años reúne a todos los países, todas las religiones y tendencias políticas,  nos sentimos todos como hermanos, creemos en la libertad de todos los pueblos, bla, bla, bla...(la verdad es que aunque Chile ni esté en el mundial, tiene su encanto cuando descalifica Argentina, pero engañémonos con que la cosa es fraternidad y amor y bla, bla, bla).

Mis amigos todavía me molestan por cobrar penales a mitad de cancha, pero aún así cuando es el mundial me las doy de experta. Sinceramente me encanta ver los partidos mundialeros.

Soy buena para la nostalgia y el recuerdo (...), mas si me he puesto a hablar del mundial, no es para recordar la gloria del campeón ni las penas de los no campeones.

Para llegar al punto principal de mi historia (sí, a pesar de tanto deambular, sí hay un punto), es necesario ponerlos en contexto.

Mundial de Sudáfrica 2010. Fecha en la que estaba viviendo en mi tranquilo Sangkhlaburi, Tailandia, con mis niños birmanos. Un pueblo fronterizo de tres calles principales y unas pocas callejuelas que cortan la jungla. En este pequeño paraíso escondido, y luchando con la diferencia horaria, me fue posible encontrar dos lugares en el que transmitían el mundial, dos lugares en los que vi los únicos dos partidos de fútbol de todo el mundial. En el "sport bar" (cuchutril que quedaba frente a una cancha de fútbol y uno de los únicos lugares en el que vendían cerveza en Sangkhla, por lo tanto sport y bar: "sport bar") vi con una alemana y una liverpuleña el partido en que Inglaterra quedó fuera. Pero mi adrenalina futbolera fue con el partido Chile / Honduras. Partido que vi en el restaurant del hotel cuico, yo solita, con un montón de meseros birmanos a quienes después de explicarles donde quedaba Chile, convertí en fanáticos. Terminamos juntos sufriendo con los casi goles, cuando hablaba de los jugadores chilenos ellos creían que yo sabía de lo que hablaba, hasta yo me convencí de que me sabía los nombres de los jugadores, y juntos gritamos y saltamos con el golazo de la victoria.

Fue una tremenda experiencia mundialera, sin duda. Pero lo importante acá es recalcar que fue LA experiencia mundialera.

Para concluir, me perdí todo el preámbulo mundialero. Y ahora que me voy a Sudáfrica todos me hacen bromas con la famosa vuvuzuela. Gente: NO TENGO IDEA QUÉ ES UNA VUVUZUELA! No les voy a traer vuvuzuelas de regalo, no entiendo las bromas al respecto, las que entiendo no me hacen gracia y no estoy ni ahí con la vuvuzuela.

Así que por favor, el punto al que quiero llegar con todo este preámbulo es: no me weveen más con la vuvuzuela. Ya?


2 comentarios:

  1. pero Nataa como no vas a saber que es un vuvuzela.. si casi casi que fue lo más importante del mundial jajaja.. yo q lo viví en Chile lo recuerdo.. cuando los chilenos descalificaron a mi Ecuador del mundial.. snif jejeje..

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  2. ya, buenisimo!!!!!

    A nadie le gusta las vuvuzelas, a mi me encantan...ver los partidos con ese ruidito de fondo no tiene precio!!!! tengo un amigo holandes que ahora vive en Barcelona, que vivió un año en Sudafrica, oviamente, se trajo una vuvuzela a la vuelta!!! te acabaran gustando...

    por cierto el viernes se me termina el contrato de trabajo, y me dicen (si, el mismo dia) si me renuevan o a la puta calle, si no me renuevan me voy a calcuta y esta vez por un tiempo larguito...viernes dia clave!!! cuando te vas tu?

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